MÚSICA ELECTRÓNICA (VS) MÚSICA URBANA

MÚSICA ELECTRÓNICA (VS) MÚSICA URBANA

Artículo de opinión por: @elrematedelremate

¿En qué momento los raves se volvieron un perreadero?

Por lo general, cuando usamos un término antelado por la palabra “Música”, seguido de algún adjetivo, estaremos refiriéndonos a algo tan masivo y difuso que difícilmente lo podremos colorear sin salirnos de la línea.

Este, como muchos otros, es el caso de las etiquetas <<Música Electrónica>> y <<Música Urbana>>, que se refieren, según la noción popular, a música creada a partir de sintetizadores y música cuyo origen es citadino; respectivamente.

Tales ideas parecieran haber salido del discurso de alguna tía, literalmente no describen nada y son tan vacías como tu alma.  Hoy por hoy, la mayoría de géneros musicales cuentan con la participación de tecnología digital y han sido creados dentro de un entorno urbano. Sin embargo, partiendo de nuestro entendimiento (básico) por la música, podemos crear una línea más o menos clara referente a cada concepto. A tal punto que, si escuchamos hablar sobre música electrónica, será más fácil pensar en un DJ y no en un rapero, y viceversa, en caso que escuchemos el término “música urbana”.

Pero la música es un arte voluble y en constante interacción entre sí, que no está ni cerca de ser una expresión lineal. Es literal un “todos con todos, del mismo modo y en sentido contrario”, razón por la cual podemos encontrar DJs incursionando en la música urbana y artistas urbanos rapeando sobre pistas de música electrónica.

En realidad podemos encontrar a cualquier artista haciendo cualquier tipo de música, y más en esta época global y digitalizada. Pero en esta ocasión trataremos de entender la relación de amor entre raperos y DJs, y la relación de odio entre el fandom purista. Por cierto, todo bien contigo si eres un o una technoflexible y puedes disfrutar de Jeff Mills y de Bad Bunny por igual. Este ensayo es un autoregaño para quienes no podemos.

Para empezar, es importante mencionar que ambas categorías cuentan con varios factores en común, muchos más de los que se mencionan a continuación:

  1. Nacimiento: Si bien, nadie se pone de acuerdo sobre el origen de ambas familias, sabemos que fueron los años 70s la época donde se construirían las bases que formarían la música urbana y electrónica como la conocemos hoy en día. Las razones parecen obvias, pero no sobra mencionar que se debe a que en este período se empezó de manera seria a hacer música a partir de sintetizadores de sonidos.
  2. Adiós a la instrumentación: Partiendo de lo anterior, si hay algo por lo que en ocasiones podríamos llegar a confundir un track de electrónica con una canción urbana, es porque en ambos casos la participación de instrumentos es reemplazada por sonidos sintéticos. Esto no omite de manera absoluta la presencia de instrumentos musicales, pero el protagonismo de estos es casi nulo.
  3. Lo “Underground” como bandera: Las primeras manifestaciones de música electrónica se dieron en un entorno marginado. Y ni hablar de la música urbana, que en sus inicios se centraba en retratar las vivencias de los guetos. Ambas fueron una expresión musical que se apalancaba en la ilegalidad para darse a conocer.
  4. DJs: Para la mayoría de nosotros parecerá obvio la idea de asociar este personaje a la música electrónica. Pero si hay otro género que también hace uso de esta figura, es la música urbana. La cultura Hip Hop la componen cuatro elementos, uno de ellos es el DJ. Los otros tres son el rap, el graffiti y el break dance.
  5. Similitud en el compás: El patrón rítmico en la mayoría de géneros de música electrónica es el 4/4, curiosamente es el mismo compás que usa el rap.

Basándonos en la teoría podríamos llegar a pensar en la música urbana y la música electrónica como una misma familia, y aunque esa idea nos parezca esquizofrénica, realmente no lo es. A lo largo de la historia se han creado innumerables sonidos y tendencias partiendo de la fusión de diferentes subgéneros que en la mayoría de casos no han pasado desapercibidos.

Por la naturaleza del oyente que caracteriza a cada familia, muchas de esas tendencias no han sido recibidas de la mejor manera. Para no irnos demasiado lejos y hacer referencia a algo actual, podemos pensar en el Trap como un subgénero del Rap caracterizado por beats más eléctricos, que aunque ancla sus orígenes en los años 90s, nunca había tenido la explosión comercial que tuvo los últimos años. Sin embargo, para algunos raperos, el trap es solo un hijo bastardo del rap, una moda pasajera que no representa el interés artístico original del rap, y que por tanto no merece el mismo respeto.

De igual manera, dentro de la cultura electrónica estamos atravesando por un pico viral influenciado por la música urbana, que a más de uno lo tiene con las bolas y las tetas verdes, el tech house con perreo. Y es que, la formulita es sencilla: uno de los géneros urbanos más populares + uno de los géneros de electrónica más populares = plata y viralidad. Teniendo en cuenta los antecedentes, era solo cuestión de tiempo para que DJs y productores hicieran tendencia algo que se veía venir hace mucho, y que francamente, no entiendo cómo no pasó antes.

Para la mayoría de personas que estamos involucradas como consumidoras de alguno de estos dos grandes géneros, nos resulta difícil ser indiferentes ante la inminente ola de tendencias que nacen a partir de su unión. O estás del lado del amor, o estás del lado del odio, pero no te puede valer verga. O sí, bueno no sé. Personalmente estoy del lado que piensa que si voy a un evento de música electrónica, lo último que quiero escuchar es un reggaetón. Aunque también debo confesar que después de “pal” de tragos, el culo se mueve solo con cualquier track. En fin, la dualidad ontológica del ser humano.

En cualquier caso, las tendencias son solo eso: tendencias. Y como la gran mayoría de modas, van y vienen. Estas fusiones están pensadas para el consumo rápido y momentáneo, surfeando la ola más popular y buscando darse un espacio en el tan competido mercado musical. Como el Moombahton, por ejemplo, del cual no voy a hablar mucho porque me da pereza, pero sin decir más, fue una de las tantas malformaciones que tuvo el EDM.

Y ni hablar de los subgéneros que nacieron en la familia urbana. Como el Electro Latino, del cual tampoco diré mucho porque también me da pereza, y además es demasiada mierda en un mismo artículo. Si quieren indagar más al respecto, lo pueden googlear bajo su propia responsabilidad.

Pero bueno, no todo lo que nació tras fusionar urbano con electrónica tiene un tinte aberrante. De ahí también nacieron subgéneros legendarios, como el hoy por hoy extinto Hip House. ¿O qué me dicen del inmortal Jungle? que merece un capítulo aparte, porque no solo se mantiene vigente en la actualidad, sino que de ahí también nacería una camada grande de subgéneros caracterizados por pasarse por el culo el compás de 4x4, apropiándose de breakbeat como principal componente.

Desde finales de los años 80s, el género urbano y la electrónica vienen caminando juntos. Han parido géneros, subgéneros y tendencias chimbas y otras no tan chimbas. Y lo peor, o lo mejor, es que seguirá pasando. Por nuestra parte como consumidores (de música), solo queda disfrutar lo que nos guste, desechar lo que no, y esperar que el próximo movimiento no sea tan guiso. Y en caso que lo sea, ni modo, a seguir bailando porque la vida es una.

@elrematedelremate


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